Nona Cuaresma

 

LAUDATE

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Para el Domingo de Resurrección

Días
Horas
Minutos
Segundos

¡Ya es Domingo de Resurrección!

"Digno eres... porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios... y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Apocalipsis 5:9,10).


Información acerca de:

- CUARESMA

- SEMANA SANTA

- ESTACIONES DE LA CRUZ

El oficio divino

LUCAS 23:44-46

 "Hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena... Entonces Jesús, clamando a gran voz... expiró"

HECHOS 3:1

"Pedro y Juan subían juntos al templo a la hora novena, la de la oración"

HORA NONA CUARESMA

 Es sobre todo un tiempo de alabanza e interseción de la Iglesia.

 

15:00 hs Nona

La Nona, Hora Nona o Novena Hora después de la salida del sol, es una oración del Oficcium Divinum.

Es a las 3 de la tarde porque se conmemora el momento en que Cristo murió en la cruz (Lucas 23:44-46).

Según una antigua costumbre griega y romana, tanto el día como la noche estaban divididos en cuatro partes, cada una compuesta de tres horas. La última hora de cada división daba su nombre al respectivo cuarto de jornada. La tercera división (desde el mediodía hasta alrededor de las 3) fue llamada Nona (en latín nonus, nona, novena).

Esta división del día también se utilizaba entre los judíos, de quien la Iglesia la tomó prestada (Hechos 10:9).


En Hechos 3:1 y 10:30 vemos que los primeros cristianos consideraban este momento como "la hora de la oración".

Hay testimonios muy antiguos de esta costumbre de la Tercia y Nona, como los de Tertuliano, Clemente de Alejandría, y los Cánones de Hipólito.

Hipólito, pastor de Roma, en su obra “Traditio Apostolica” (año 235 d.C.), escribió: “Hay que hacer una gran plegaria y una gran bendición en la hora nona, para imitar la forma como el alma de los justos alaba a Dios. En esta hora, del costado abierto de Cristo brotó agua y sangre”. De este modo, “todos ustedes que son fieles, haciendo esto y acordándose de ello, instruyéndose mutuamente y dando buen ejemplo… van a estar acordándose constantemente de Cristo”.


Agustín, pastor de Hipona del siglo V

"La Pasión de Cristo no aprovecha más que a los que le siguen".

Las riquezas de la gloria

“Dios mío, bendito, todo lo que te voy a pedir a favor de otros, todo, fue ganado por mi Señor Jesucristo, tu Hijo amado, quien está ahora ‘sentado a tu diestra en los lugares celestiales’ (Efesios 1:20). Gracias porque en su muerte y resurrección está disponible para todos los que creemos en ÉL ‘toda bendición espiritual en los lugares celestiales’ (Efesios 1:3), ‘las riquezas de la gloria de su herencia en los santos’ (Efesios 1:18). ¡Y esas son exactamente las cosas que te voy a rogar ahora! Me acerco a ti, y el deposito inagotable de tus promesas en Cristo tienen como respuesta ‘sí y amén’ (2 Corintios 1:20). Siempre.


Por mis propios méritos jamás se me ocurriría la terrible osadía de querer entrar delante de tu trono a darte culto y presentar peticiones; pero me acerco ante ti y pido entrar, no solo a tu santo monte, sino a tu misma morada (Salmo 43:3), palacio de gloria inalcanzable (Salmo 48:3), ‘luz inaccesible’ (1 Timoteo 6:16), frente a tu presencia; y para esto envío delante mío los méritos infinitos del que al resucitar entró como sumo sacerdote con heridas en sus manos y sus pies, y ‘su ropa teñida en sangre’ (Apocalipsis 19:13), al ‘cielo mismo… para presentarse ante ti por mí’ (Hebreos 9:24). Por los méritos de ÉL te ruego que me concedas entrar ahora a tu templo, a tu casa, al lugar santísimo, y sentarme en los lugares celestiales que me concediste en Cristo Jesús (Efesios 2:6). Te lo ruego.

Gracias por este favor que sobrepasa todo entendimiento. Yo ante ti.


En ‘la comunión del Espíritu’ (Filipenses 2:1), me uno a mis hermanos en todo el mundo para ser parte del sacerdocio real de los bautizados llamados a ser primeramente casa de oración (Isaías 56:7). Y lo hago creyendo que en esta ‘liturgia de las horas’ tu único Hijo sigue ejerciendo su función sacerdotal a través nuestro (Hebreos 7:25; Juan 14:16), y te presenta su oración a ti su Padre desde la tierra, a través de su cuerpo, la Iglesia. Cada domingo me uno a mi amado Jesús en la Santa Comunión (1 Corintios 10:16), ahora me uno a ÉL en las oraciones que te presenta desde la tierra a través nuestro. Incienso que sube sin cesar hacia ti (Apocalipsis 5:8). Afirmo que Cristo, no solo como tu Hijo eterno, sino como hombre, desde su encarnación, es el orante supremo, el adorador perfecto, el intercesor más eficaz. Y afirmo también y creo que, lavadas por su sangre y en la virtud del Espíritu Santo (Romanos 8:26,27), mi alabanza, mis súplicas, los salmos, los himnos, los cantos, las oraciones y los elogios, ahora se empiezan a entrelazar con los de ÉL. Cabeza y cuerpo, esposo y esposa.  

En tu misma presencia, como sacerdote en este oficio divino, me preparo para presentar las peticiones de la Iglesia en la tierra; tú eres 'formidable sobre todos cuantos están alrededor tuyo' (Salmo 89:7).

Dios imposible de describir, de amor insondable, alabanza y magnificencia en tu santuario, toma mis alabanzas y mis peticiones, y haz que en la tierra y el cielo sean para tu gloria y honor, hoy, y por los siglos de los siglos. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.


Haznos

 "Mi Dios, que comienzas la buena obra y la perfeccionas hasta el día de Jesucristo, esto te pido en oración: que me concedas vivir tus consolaciones en Cristo, tus consuelos de amor, la comunión del Espíritu, todo afecto entrañable y misericordia que está disponible para mí. Y que lleno de todas estas cosas me una profundamente con mis hermanos en la fe para dar, y no para recibir, para amar y no para buscar ser amado, gozoso de tener el exaltado privilegio de estar en la mesa como el que sirve. Yo no quiero buscar lo mío propio sino lo que es de Cristo Jesús. Porque lo que antes era para mí ganancia lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Prosigo a la meta del supremo llamamiento que me has hecho en Cristo Jesús, el cual transformará el cuerpo de mi humillación, para que sea semejante al cuerpo de la gloria suya.

Dios Todopoderoso, haznos, junto a mis hermanos, una Iglesia que resplandezca como luz en el mundo, firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, sintiendo lo mismo, teniendo el mismo amor, unánimes, sintiendo una misma cosa, siguiendo una misma regla. No haciendo nada por contienda, ni por vanagloria, antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.

Haya, pues, en nosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

En oración y ruego te pido que hagas todo lo necesario para que mi vida, mi familia y la Iglesia, llenos de frutos de justicia, te demos gloria y alabanza a ti, el único Dios, el único digno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.


Liturgia

**Elegir alguna canción de adoración.

**Orar los salmos de corrido que según Calendario en la sección Nona Salmos.

**Una de las dos oraciones de arriba. 

**Leer, releer y meditar el pasaje bíblico según el Calendario del día en sección “Nona Lecturas”.

**Oración conforme a lo que produzca en el corazón el pasaje del evangelio. La oración puede ser de clamor por perdón, alabanza, pedido de que Dios nos ayude a vivirlo, etc.... .


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