Maitines cuaresma

 

LAUDATE

cuaresma-pascua-resurrección

Para el Domingo de Resurrección

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¡Ya es Domingo de Resurrección!

"Digno eres... porque tú fuiste inmolado, y con tu sangre nos has redimido para Dios... y nos has hecho para nuestro Dios reyes y sacerdotes, y reinaremos sobre la tierra" (Apocalipsis 5:9,10).


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El oficio divino

SALMO 90:14

 "Repletos somos por la mañana de tu misericordia, y nos regocijamos y deleitamos..."

SALMO 5:3

"De mañana, oh Señor, oirás mi voz. Al amanecer me pondré en tu presencia, y te contemplaré"

MAITINES CUARESMA

 Es sobre todo un tiempo de alabanza y súplica de la Iglesia con textos bíblicos.

 

A primera hora Maitines

En los primeros siglos, al comenzar el día, había 3 tiempos devocionales: Maitines (alrededor de las 2 ó 3 de la mañana), Laudes (antes del amanecer) y Prima (6 de la mañana). Nosotros resumimos esos tres tiempos en uno y nos quedamos con el nombre del primero: Maitines.


Nos despertamos antes del amanecer.

En el amanecer, los cristianos de los primeros siglos veían triunfar al poder de Jesucristo sobre el infierno en ese momento lleno de felicidad. E iban a Dios para pedirle que no les permitiese la miseria de abusar de su luz, que únicamente les daba para iluminar sus caminos, emplearla en su servicio y trabajar en su santificación. Era el gran tiempo de la "matutinae praece" ("oración matutina").

Nuestra vida está consagrada a la alabanza llena de amor y elogio de nuestro Dios. Por lo tanto, nuestro despertar es el comienzo. Nuestro primer pensamiento debe ser alabanza. En la alabanza y adoración a Dios el ser humano no solo encuentra la fuente de su vida, sino también su perfecto lugar, la adoración es la postura sana, buena y verdadera del alma. Es ahí donde todo se ordena, es el principio, la sabiduría fundamental de donde se deriva todo lo demás. "En los atrios de nuestro Dios florecemos" (Salmo 92:13).

Una tentación que intenta constantemente nuestra carne es la de distraernos con cualquier otra actividad que está relacionada con el Señor pero que no es ni alabanza, ni oración, ni meditación en la Palabra. Debemos usar de dominio propio y no ceder a esta trampa. Con este fin nos prohibimos a nosotros mismos absolutamente toda distracción como escribirle a alguien sobre lo que Dios nos está hablando, ver algún video, leer algo por internet, trabajar ministerialmente, etc...

Otra tentación es la de ponernos a continuar leyendo algún libro cristiano que estamos leyendo en ese tiempo. Necesitamos comenzar el día, primero en alabanza, y luego en clamor unido a la meditación de pasajes cortos de las Escrituras.

Si esos pasajes son los mismos que nuestros hermanos también están usando en ese momento, mejor. Eso combate nuestro orgullo e independencia carnal; y nos une en comunión.

Acá también evitar la tentación de querer ampliar lo leído con otros pasajes paralelos o complementarios (puedes encontrar otro momento del día para estudiar con detalle los pasajes que quieras). Necesitamos encontrar todo nuestro alimento en ese mismo pasaje. No es el mucho leer lo que guiará y alimentará, sino el cavar, profundizar, saborear, masticar y digerir cuidadosamente un pasaje a la vez. Lo que Dios quiere hablarnos está ahí, escondido muchas veces a nuestra mente, pero el Espíritu Santo está listo para revelárnoslo al releer y releer, orar y orar.

Y para focalizarnos memorizamos algunos pasajes de alabanza a Dios y los decimos como primeros pensamientos de la mañana. Son recomendables los Salmos 113:2,3 y 145:10,11.


Esta Hora, que se tiene con la primera luz del día, trae a la memoria la resurrección del Señor Jesús, que es la luz verdadera que ilumina a todos los hombres (Juan 1:9) y el "sol de justicia" (Malaquías 4:2), con el que "nos visitó de lo alto la aurora" (Lucas 1:78).

Cipriano escribió en el año 258 d.C.: "Por la mañana se debe orar, para celebrar con la plegaria la resurrección del Señor" ("De Oratione Dominica". 34).
Cuando el sol va alzándose en el horizonte, levantamos con Cristo una gran alabanza al Padre celestial.

Plinio el Joven, en una carta a Trajano (año 112 d.C.), habla de la reunión matinal que los cristianos celebran para cantar a Cristo como a un Dios


Alabamos a Dios en nuestros corazones por el don fundamental: la Creación. Recién salida de la noche, esa gran obra realizada en el Verbo al comienzo de todos los siglos y que será restaurada por ÉL, nos recuerda la hora de la Resurrección de Cristo, cuando superada la noche del sepulcro y de la muerte, amanece como Luz del mundo y como principio de la nueva creación para la gloria del Padre y para la salvación de los hombres.


Henry Scougal, en el siglo XVII

"El amor de Dios es un deleite que hace que el alma se postre y quiera sacrificarse a sí misma por completo a ÉL, deseando sobre todas las cosas agradarle, y no deleitándose en más que su compañía y la comunión con ÉL, estando dispuesta a hacer o sufrir cualquier cosa por amor a ÉL".

Abrazo la cruz

“Dios de gloria infinita, vengo a tributarte culto, a rendirte honores, celebración y los ruegos de tu pueblo. Gracias por recibirme en tu templo.

Abrazo la cruz y persevero en ella hasta la muerte, para morir con el que tuvo a bien descender hasta lo más bajo entre los hombres y darse a sí mismo para poder decirme: ‘tú eres mío’. Sí, abrazaré la cruz y no la abandonaré jamás. En ella moriré con mi Dios, y arderé en el fuego de su amor divino.


Jesús, tú te diste y te das todo entero por mí. Esto obsesiona mis pensamientos, y hace que me llene de deseo de entregarme todo entero por ti. Tú, que fuiste a prepararme lugar, dijiste antes de ir que volverás por mí. Yo te anhelo, te sueño y a la vez estoy despierto y velando por ti. Renuncio a todo ídolo en este mundo que ahoga tu Palabra en mí (Marcos 4:19), fija mis ojos en lo terrenal y hace que mi corazón se vuelva ciego de ti, seco, dedicándose a pleno a mi autoprotección. 'Oh Maestro, ¿dónde moras?' (Juan 1:38), quiero conocerte. Gracias, mi alma oye tu respuesta: 'Ven y ve',  y corre a tu casa (Juan 1:39).

Me declaro muerto, llevo en mi cuerpo la muerte de Jesús (2 Corintios 4:10-12), te lo entrego todo, deja en mi vida solo lo que tú quieras, nadie puede quitarme nada de mi vida porque soy yo quien se da (Juan 10:18), bienvenido corazón crucificado y libre. Señor Dios omnipotente, Padre de tu amado y bendito siervo Jesucristo, por quien hemos recibido el conocimiento de ti, Dios de los ángeles y de las potestades, de toda la creación y de toda la congregación de los justos, que viven en presencia tuya: Yo te bendigo, porque me tuviste por digno de esta hora, haz que el resto sea en fruto honroso para ti.

Señor Jesús, te espero, te sirvo, te extraño y a la vez te disfruto con plenitud de gozo. Y así ahora también muero porque no muero, mientras mi vivir eres tú y lavo los pies de los que tú amas, esperando que algún día digas que fueron tus pies los que lavé. Jesús, eres la realidad. Mi realidad. Hoy, y hasta los gozos inefables de la eternidad.

Amor divino, mi alma te desea, te toma para siempre por su esposo, y te reverencia.


Dios Todopoderoso, inflama mi corazón con tu Espíritu Santo, que ÉL glorifique a mi Rey, lo revele, que jamás de jamases terminaré de conocerle, sorprenderme y amarle. Hazme morir a todo otro amor, para vivir en el de la cruz.

¡Oh amor!, ¡oh amor!, ¡oh amor!

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.


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Me tiro a tus pies

“Dios mío, me tiro a tus pies, me presento delante del 'santuario de las moradas del Altísimo' (Salmo 46:4) sin nada más que ofrecerte que mi vida, mis lágrimas, ruegos, gratitud y temor. Cómo quisiera que dijeras también de mí: "Al que mucho se le perdona, mucho ama" (Lucas 7:36-50). Que la casa se llene del olor del perfume, mientras me doy por completo a ti (Juan 12:1-8). No pierdo nada, lo gano todo: tú eres mío y yo soy tuyo (Mateo 16:25; Cantares 6:3; Apocalipsis 21:3).

Dios de mi alma, haz que ya cante las canciones eternas, y que todo mi ser cada día viva y muera por este amor.

¿Cómo explicar que hagas todo esto por mí? Solo diciendo que el amor que me dices tener, es cierto, y te lleva a hacer lo que de otro modo no tendría el menor sentido. De tal manera me has amado que no puedo pensar en ello sin amarte. Sé que si en vez de una muerte se te hubiese mandado sufrir mil, amor tenías para cumplirlo. Eres Amor, y me has amado desde antes de crear el mundo. Y ese amor te ha hecho pensarme en cielos nuevos y tierra nueva hasta el fin. Oh Rey guerrero, 'el fuerte y valiente, el Señor poderoso en batalla' (Salmo 24:8), no pararás hasta que así sea.


Dios mío, abre mis ojos como los del criado de Eliseo. Abre mis ojos como los de Bartimeo. Abre mis ojos para que la promesa de tu Hijo “yo estaré con vosotros todos los días hasta el fin del mundo” (Mateo 28:20) la experimente de todas las infinitas maneras que tú hayas querido, y eso defina mi presente a cada segundo. Si aún tengo que vivir aquí, al menos que mi corazón ya esté allí.

Me niego a tener solo un conjunto de creencias y prácticas, te quiero a ti. Dios mío, tesoro de los santos, haz que al leer tu Palabra no solo yo entienda cada frase, cada pasaje, sino que la crea, y se vuelva mi certeza, mi convicción, mi valentía, gozo y determinación.

Abre mis ojos a los tesoros que tienes reservados para los que te buscan en estos días maravillosos en que tu Iglesia celebra la Cuaresma, Pascua y Resurrección.

Y por favor, cuando ore, que sea tu Espíritu Santo uniéndose conmigo, intercediendo con intenciones infalibles (Romanos 8:26,27). Que yo te diga lo que ÉL te dice. Oh bendita Divinidad que lo llenas todo en todo y has venido a habitarme, gracias por escucharme. 

En el nombre de Jesús. Amén”.


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Soy siervo, no amo

 “Jesús, entiendo que en estos días estoy aprendiendo de una forma especial lo que significan en mi vida tus palabras: ‘Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz cada día, y sígame’ (Lucas 9:23).

Gracias mi Señor y Maestro.

Seguirte no es ir delante tuyo. Seguirte no es hacer sin antes ver qué quieres tú y cómo lo haces tú. No es estar siguiendo qué esperan los demás de mí, o qué me parece a mí que sería bueno. Me consagro por completo a ser cristiano, dejo la forma de vida que intenta encontrar a cada paso cuál sería el camino más fácil, y tengo por basura toda gloria de este mundo (Juan 12:25; Filipenses 3:8).

Tomar mi cruz y seguirte es ir detrás tuyo, mirando y escuchando, e imitando qué haces tú y cómo tú llevas tu cruz, y eso lo abrazo con amor. Si quiero estar cerca tuyo, ir en pos de ti, me llamas a ser como tú (Juan 13:13-17). Sé que no hay otra manera de estar cerca tuyo que seguirte. Es cuando afirmo mi rostro (Lucas 9:51) y me determino a seguirte que tu Persona se hace tan notoria delante mío. Es cuando mis clavos penetran mis manos y soy puesto a tu lado en mi cruz, que te experimento tan íntimo, tan preciado, sobrenaturalmente Único.

'El amor es sufrido' (1 Corintios 13:4). Señor, entiendo que no hay amor donde no hay disposición de sufrir. Abro mi corazón a sufrir por otros, dejo de protegerme. Y en la Cuaresma tomo mi cruz para aprender a amarte a ti y a todos los que me rodean y encuentro.


Padre mío, Dios de toda gracia, dame toda la gracia necesaria para que esto pase de ser un anhelo y un intento, a una plena realidad en mi vida.

Cada día. Soy siervo, no amo. Soy tuyo y tú para mí. E inmensamente feliz en todo esto.

Sal a mi encuentro y ya no me dejes vivir de otra manera. Fui creado para esto. Soy cristiano, amado inexplicablemente por encima de toda medida, tenerte lo es todo.


‘Padre de gloria, dame espíritu de sabiduría y de revelación’ (Efesios 1:17) para contemplar ahora a Jesús en este Oficio Divino. 'Alegra el alma de tu siervo, porque a ti, oh Señor, levanto mi alma. Porque tú eres bueno' (Salmo 86:4,5). Revélame a mi dulce Cristo, y revela a Cristo en mí. 


No oro como si tuviera que convencerte para que seas bueno y tengas misericordia en estas cosas. No. Oro afirmando y celebrando que tú has determinado manifestar ininterrumpidamente la plenitud de tus misericordias a todos aquellos que creen en Cristo Jesús . Y 'en esa misericordia confío eternamente y para siempre. Te alabaré para siempre, porque lo has hecho así' (Salmo 52:8,9).

Recibo todo a través de Jesucristo nuestro Señor. Amén”.


Liturgia 1

**"Señor, no soy digno de que entres bajo mi techo" (Mateo 8:8), pero "si quieres, puedes limpiarme" (Marcos 1:40). "Creo Señor" (Juan 9:38), "bendito el Rey que viene en el nombre del Señor, gloria en las alturas" (Lucas 19:38). "Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente" (Mateo 16:16), "Dios ha visitado a su pueblo" (Lucas 7:16). "Señor, tú sabes que te amo" (Juan 21:15).

**Salmo 24:3-6 o Salmo 113.

*Una de las tres oraciones recomendadas.

**Elegir alguna canción de adoración.

**Orar los salmos de corrido según Calendario en la sección Maitines.

**Orar la "Primera Oración de Maitines" según Calendario.

**Calendario "Año Cristiano" que corresponde en el día.

**Practicar las Estaciones de la Cruz según Calendario (a partir del domingo 17 de marzo).

**Padre Nuestro intercalado con peticiones del día.

**Regla para hoy según Calendario "Año Cristiano".


Liturgia 2

**"Jesús, Hijo de David, ten misericordia de mí" (Marcos 10:47), "dame esa agua, para que no tenga yo sed" (Juan 4:15). "Señor mío y Dios mío" (Juan 20:28), "¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna" (Juan 6:68). "Maestro, ¿dónde moras?" (Juan 1:38), "te seguiré adondequiera que vayas" (Lucas 9:57).

**Salmo 91 o Salmo 116:1-7.

**Una de las tres oraciones recomendadas.

**Elegir alguna canción de adoración.
**Orar los salmos de corrido según Calendario en la sección Maitines.

**Orar la "Primera Oración de Maitines" según Calendario.

**Calendario "Año Cristiano" que corresponde en el día.

**Practicar las Estaciones de la Cruz según Calendario (a partir del domingo 17 de marzo).

**Padre Nuestro intercalado con peticiones del día.

**Regla para hoy según Calendario "Año Cristiano".

Liturgia para los domingos

Nos levantamos más temprano que en el resto de la semana, ya que el domingo es el día del Señor, y debe manifestarse ese carácter con un aumento en la piedad y devoción.

**Mateo 26:41; Salmo 119:17; 86:3-12.

**Una de las tres oraciones recomendadas.

**Elegir alguna canción de adoración.

**Orar los salmos de corrido según Calendario en la sección Maitines.

**Calendario "Año Cristiano" del día.

**Letanía del siervo.

**Practicar las Estaciones de la Cruz según Calendario (a partir del domingo 17 de marzo).

**Padre Nuestro intercalado con peticiones del día.

**Regla para hoy según Calendario "Año Cristiano" que corresponde en el día.

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