COMPLETAS

devocional

"... él fue al monte a orar, y pasó la noche orando a Dios" (Lucas 6:12).
Al comenzar a orar, debes hacerlo con fe (Santiago 1:6,7) en el Espíritu Santo (Judas 20). Sin esto es imposible agradar a Dios (Hebreos 11:6), son solo afirmaciones con verdad pero que no afectan en absoluto el corazón y no dan el más mínimo culto a Dios. Cada petición debe ser creída y la ayuda del Espíritu Santo clamada como pobres en espíritu que tienen esta única oportunidad (Lucas 6:20,21,24,25; Santiago 4:6). No repitas nada por decirlo, si no es conjuntamente una petición en tu corazón Dios lo rechazará. Oralo y medítalo hasta que se haga un anhelo propio.

Tiempo con Dios

SALMO 42:8

 "De noche su cántico estará conmigo, y mi oración al Dios de mi vida"

SALMO 92:2

"Anunciar por la mañana tu misericordia, y tu fidelidad cada noche"

COMPLETAS

Es la oración final de la "Liturgia de las Horas" de la Iglesia.

Antes de dormir Completas

Tiene el carácter de preparar el alma para su pasaje a la vida eterna, como un ensayo diario de la propia muerte.
Cipriano escribió en el año 258 d.C.: "Al ponerse el sol y terminar el día, de nuevo es necesario orar. Puesto que Cristo es el sol indeclinable y el día verdadero, al faltarnos la luz y el día naturales, oramos y pedimos que de nuevo la luz venga sobre nosotros. En realidad, pedimos que venga Cristo, portador de la luz eterna" ("De Oratione Dominica". 34).

La oscuridad de la noche simboliza la muerte, el poder de las tinieblas y del diablo, que "anda alrededor buscando a quién devorar" (1 Pedro 5:9). Por eso nos acogemos al amparo del Altísimo y a la protección de Dios (Salmo 91). Y hacemos nuestras las palabras finales de Jesús en la Cruz: "Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu" (Lucas 23:46); y las últimas palabras de la Hora piden que "el Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda una noche tranquila y una muerte santa".

 Cipriano, pastor de Cartago del siglo III

"Al ponerse el sol y terminar el día, de nuevo es necesario orar... Pedimos que venga Cristo, portador de la luz eterna".

Liturgia

*Alguna canción de adoración.

*Leer según Calendario en Completas Lecturas.

*Lee cada lunes una meditación al final del Calendario del día.

*Oración missional en Calendario.

*Una de las dos oraciones debajo.

*Paz de Dios:

Anota en algún diario digital o cuaderno físico, algo que hiciste mal en este día. Luego de anotarlo pídele perdón al Señor por esto, y si tu error incluyó a otra persona, pídele perdón también. Cree que en Cristo recibiste perdón pleno de Dios en esto (1 Juan 1:9). No pases hasta lo siguiente hasta estar seguro de que crees esto último.

*Práctica de gratitud:

Anota en algún diario digital o cuaderno físico, 3 cosas que hiciste bien en este día. Si estás casado compartan mutuamente con tu cónyuge estas 3 cosas, y luego agradezcan juntos al Señor por capacitarlos y ayudarlos en estas cosas. Si eres soltero habla directamente estas 3 cosas con el Señor y practica la gratitud por su ayuda. 


Dios está contigo en esta noche.

Antes de dormir

“‘He aquí, bendecid al Señor todos los siervos del Señor, los que servís por la noche en la casa del Señor. Alzad vuestras manos al santuario y bendecid al Señor’ (Salmo 134:1,2).

Oh Jesús, visita misericordiosamente a tus orantes en esta noche con tu divina potencia. 

‘De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo; elevaré una oración al Dios de mi vida’ (Salmo 42:8). ‘Me acordé en la noche de tu nombre Señor, y así custodié tu ley’ (Salmo 119:55). ‘Yo dormía, pero mi corazón velaba, es la voz de mi amado que me llama’ (Cantares 5:2).

Señor, ‘en tus manos encomiendo mi espíritu; tú me has redimido, oh Señor Dios de la verdad’ (Salmo 31:5). ‘En paz me acostaré y así también  dormiré; porque sólo tú, Señor, me haces habitar seguro’ (Salmo 4:8).


Dios, te pido por mi familia, mis hermanos en Cristo y por mí: ilumina nuestra oscuridad. 

Clamo a ti para que bendigas profundamente la celebración de la Comunión de este domingo. Seas exaltado, y que los ojos de nuestro entendimiento puedan ver con claridad todo lo que está disponible para nosotros en ese sacrificio.


Por tu gran misericordia guárdanos de todo peligro en esta noche.

Señor todopoderoso y misericordioso, bendícenos y protégenos, concédenos una noche tranquila, y prepáranos cada día para que cuando llegue el momento perfecto en tu voluntad tengamos la bendición de una muerte santa. Regresa pronto Jesucristo, glorioso ‘sol de justicia’, y trae ‘en tus alas salvación’ (Malaquías 4:2). Amén”.



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Laudate

Dios, Padre de gloria

“Dios, ‘Padre de gloria’, ‘mi pronto auxilio’ (Salmo 46:1), alumbra los ojos de mi entendimiento, lléname del conocimiento de tu voluntad en toda sabiduría e inteligencia espiritual, para que ande como es digno de Jesucristo nuestro Señor, agradándote en todo, llevando fruto en toda buena obra, y creciendo en el conocimiento de ti; fortalecido con la supereminente grandeza de tu poder, conforme a la potencia de tu gloria, el mismo poder que operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a tu diestra en los lugares celestiales; para que mi adoración no sea según mi imaginación sino según deslumbras mi mente y corazón al revelarte a mí como eres tú, y para toda paciencia y longanimidad. Clamo para que mi alma esté llena de gozo viviendo en acciones de gracias por haberme hecho apto para participar de las riquezas de la gloria de la herencia de los santos en luz (Colosenses 1:9-12; Efesios 1:17-20).

Clamamos a ti para que por tu misericordia, este domingo participemos en amor, fe y limpia conciencia de la Comunión, y así te demos culto sagrado y recibamos todos tus bienes en Cristo (1 Corintios 10:29-32).


Te ruego, líbrame del pecado en mis sueños y de toda obra mala, y pon tu paz en mis sueños en esta noche. Sea yo eternamente para ti. Y bendice también a mi familia y a mis hermanos en Cristo con los que me has unido profundamente en un mismo Espíritu, bautismo, amor y misión. Prepara nuestro devoción para el oficio divino de mañana.

‘Al Rey de los siglos, inmortal, invisible, al único y sabio Dios, sea honor y gloria por los siglos de los siglos’ (1 Timoteo 1:17).

Por Jesucristo nuestro Señor. Amén”.


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Laudate